Un dicurso es un texto oral planificado en el que el emisor/orador hace una exposición de carácter solemne exponiendo ideas de interés general a un auditorio/receptor. Hemos preparado documentación y una serie de pautas para elaborar un buen discurso:
ELIGE UN TEMA
Un buen discurso es sobre algo concreto. Es un mensaje que se quiere transmitir, se ha de tener algo que decir que sea relevante. Debe reflejar tus intereses e intentar convencer a tu audiencia, Pregúntate: “¿Qué quiero lograr con mi discurso?” Una respuesta concisa a la pregunta te ayudará a definir claramente lo principal: tu objetivo.
PONLE UN TÍTULO
¿Qué palabra, frase u oración comunicará la idea de manera fácil de entender o despertará curiosidad por tu discurso? Para ello puedes combinar tres elementos: 1) usa la idea central, 2) conéctala con la intención que quieres transmitir y 3) usa un verbo en primera persona del plural (hagamos, apoyemos, nos conviene, aprendamos, seamos…)
PREPARA UNA CONCLUSIÓN
Pregúntate: “¿Cómo terminaré mi discurso?” El final del discurso es para pedirle al oyente que reflexione sobre lo explicado o que haga algo al respecto. Tiene dos partes fundamentales: 1) Una solicitud y 2) una motivación.
ORGANIZA BIEN LAS IDEAS Y ESTABLECE UNA ESTRUCTURA:

  • INTRODUCCIÓN O EXORDIO. Su función es atraer la atención del auditorio y predisponerlo positivamente hacia lo que les vas a contar o explicar. La primera impresión es clave. Existe un recurso clásico para el inicio, la «captatio benevolentiae», que consiste en crear proximidad, decir algo positivo del auditorio. Se puede lograr haciendo preguntas al auditorio, contando una anécdota divertida o interesante que sea personal o no. También se puede mostrar a los asistentes que el tema que se va a tratar es de su interés. Es recomendable preparar la introducción al final, una vez que se ha preparado todo el discurso.
  • DESARROLLO. Este es el punto más extenso donde darás tus argumentos, pero puedes dividirlo a su vez en tres apartados (no es aconsejable que haya muchos más apartados dentro del desarrollo de un discurso oral ya que el público pierde el hilo con facilidad). Es importante hacer indicaciones sobre la estructura del discurso, para que el auditorio esté situado. También conviene remitir a lo ya dicho.Durante el desarrollo hay que estar pendiente de las reacciones del auditorio, deberíamos ser capaces de adaptar nuestro discurso a las reacciones del público
  • CONCLUSIÓN O EPÍLOGO. La última impresión que se lleva un auditorio es vital, es con lo que se queda el público. Lo más importante de la conclusión es que se note que lo es. El auditorio quiere saber si se acerca el final, que le avises con los conectores adecuados (en fin, en resumen, para terminar…) Puedes construir una conclusión de varias maneras: un resumen de lo dicho, una cita efectiva que refuerce lo dicho anteriormente, una afirmación sentenciosas, una interrogación retórica que haga reflexionar al auditorio. También puedes destacar las ideas más importantes o hacer referencia a la introducción.

EL LENGUAJE NO VERBAL
Para entender el discurso, además de lo que vas a decir, has de tener en cuenta cómo lo dirás y cómo lo moverás.
Lo que no decimos con palabras lo decimos con aspectos como: el movimiento del cuerpo (comportamiento cinésico): gestos, maneras y posturas. Las características físicas: aspecto, colores… Los factores del entorno: luz, ruido, música, decorado… La voz: intensidad, timbre, vocalización, carraspeo…

CLAVES PARA UN BUEN DISCURSO Y CONSEJOS PARA UN BUEN MENSAJE. Podemos seguir los consejos de grandes expertos en comunicación como Luis Arroyo que nos da algunas pautas:

  • En un discurso siempre tiene que haber emoción. Procura que en tu discurso no haya razonamientos complicados, alude a historias personales, que sea cercano.
  • Dile a la gente cuál es el enemigo. En tu discurso tienes que dejar muy claro en contra de qué estás (banqueros, injusticia, hambre…)
    Usa un lenguaje muy sencillo. Para que lo entienda todo el mundo. Piensa que lo que estás diciendo un niño de 14 años va a ser capaz de entenderlo.
  • Sintetiza bien el mensaje. Usa fórmulas como la anáfora o repetición varias veces: ‘Tengo un sueño’ ‘Puedo prometer y prometo’..
    La antítesis o contraste: ‘Frente a… nosotros…’
  • Las historias. Personaliza conceptos. Explica los datos en ejemplos de personas o historias.
  • Las listas de tres son efectivas: ‘Sangre, sudor y lágrimas’ ‘libertad, igualdad, fraternidad’…
  • Cuida el tono de tu voz. El tono es la música del discurso. Usa un tono que tenga subidas y bajadas: las bajadas para crear complicidad o cercanía entre los asistentes y las subidas para por ejemplo llamar a la acción o subrayar algo. Indica a la audiencia cuando se quiere el aplauso: ‘en este momento, en este preciso instante, ahora es…’

MÁS INFORMACIÓN EN:  Textos orales y textos escritos | Clasificación y características de discursos orales | Textos orales planificados | La comprensión y expresión de textos orales | El discurso oral formal | 50 consejos prácticos | Proyecto TEDTalks | Apuntes para perfeccionar la expresión oral