
No se construyó la carretera
para que la gusana muriera en el desierto,
pero así fue.
Nadie tejió aquel bosque de mentiras
para atrapar el vuelo del ángel
como la araña espera a la mosca,
pero así fue.
Nadie clavó el cuchillo en la espalda
como se reparte un pastel para muchos,
pero así fue.
Así fue como mató el inocente,
el que ni recuerda el momento en que se hizo,
porque hizo todo haciendo otra cosa,
porque lo hizo sin querer.
Como quien limpia los gérmenes de encimeras
o manchas de moscas en parabrisas.
Como el que no quiere la cosa,
sin querer.