Las nubes en el agua
y las olas en el cielo
perdida en el infinito de la pena,
lágrimas como medusas.
Los buitres comen arriba
y los tábanos abajo.
Flotando entre el olvido y la rabia,
entre el silencio y la roca.
Los pensamientos náufragos llegan a la arena
y un niño los entierra simulando hacer castillos.
Los pensamientos no son peces ni algas,
deben cerrarse en esferas
con toda su vida dentro,
esferas azules que vuelen
para evitar que otro niño
los mate como a cangrejos.