Altamira es una reflexión sobre la cultura y la educación. Además, es una historia maravillosamente fotografiada. Cantabria se deja mimar por los objetivos de José Luis Alcaine. La luz en tonos amarillos dentro de la cueva  y los primeros planos de los principales personajes son metáfora visual de quien busca explicaciones en medio de la oscuridad de un mundo lleno de prejuicios. Los actores nos conducen a vivir durante esos minutos la sensación de impotencia, de frustración, de tristeza y de desencanto ante un mundo que se cierra a reconocer una evidencia.

Los profesionales de la educación estamos en constante contacto con el conocimiento, el aprendizaje, la pedagogía, las metodologías. La gran lección que nos enseña esta película es la de no olvidarnos de cómo aprender, de cómo acercarnos al conocimiento.

La“competencia Altamira” es bien difícil de lograr. En primer lugar, hace falta un descubrimiento que ponga en cuestión todo lo sabido hasta el momento; en segundo lugar, es preciso hacer buenas preguntas al respecto y, por último, es imprescindible saber escuchar las respuestas. Esta competencia no se puede trabajar desde la butaca del cine en el estreno de la película Altamira porque el espectador ya sabe la contestación acertada, ha pasado más de un siglo para institucionalizarla y muchos incluso han visitado las instalaciones. Así, cualquiera. Lo que sí se puede es analizar por qué tantos personajes de la película demuestran una abochornante falta de “competencia Altamira”, no vaya a ser que en cualquier momento también nos encontremos una cueva y un enigma.

El más ridículo de los personajes de la historia es el experto e innovador científico francés. Está tan centrado en su discurso y en la lucha por ponerlo “en valor” contra todas las razones de las fuerzas reaccionarias que no acepta una idea nueva que podría haberle valido para su propia lucha porque le desmonta sus propia argumentación. Paradojas del texto argumentativo.
Además, pedir perdón a un muerto veinte años más tarde y después de haber descubierto en Francia algo similar no arregla nada. La “competencia Altamira” solo se tiene si se usa a tiempo.

El obispo como manipulador de los medios de comunicación es un personaje interesante porque no tiene nada que decir teniendo en sus manos todos los espacios privilegiados de emisión. No es competente en Altamira porque quien habla no escucha.

El más intrépido de los personajes -el perro- no cuenta. Tampoco la niña, ni Sautuola, ni su esposa, ni el compañero que le deja tirado en la conferencia , ni las dos mujeres que utilizan la médula y el útil paleolítico en su vida cotidiana. Todos son necesarios para el descubrimiento, pero les falta la distancia.

Los verdaderamente competentes en Altamira son los propios bisontes. Han sabido viajar en el tiempo de manos de sus pintoras, han sabido esperar 35.000 años sin impacientarse y han podido viajar en sueños hasta la cabeza de una niña. Se puede aprender de ellos si se sabe escuchar su respuesta.

Josune Rey

Si tuviésemos que describir en qué consiste esa ‘competencia Altamira‘ creemos que la película nos lo explica muy bien:

  • Observar con ojos limpios.
  • Hacernos las preguntas adecuadas.
  • Escuchar todas las respuestas desde todos los ámbitos y aportaciones por muy encontrados que nos parezcan.
  • Tener una mente abierta sin prejuicios para elaborar las respuestas recibidas.
  • Aplicar el zoom en nuestra mirada. Poner perspectiva.
  • Saber argumentar nuestras hipótesis y tesis.
  • Utilizar los contraargumentos que recibamos como nuevas oportunidades para ampliar nuestro conocimiento.
  • Aplicar la empatía. No desconectar el corazón de la razón.
  • Apreciar y sentir la belleza de lo que estamos trabajando porque nos conectará con la trascendencia y nos aportará un conocimiento paralelo y enriquecedor.
  •  Saber difundir nuestras conclusiones.

Aportamos algunas actividades para trabajar en el área de Lengua Castellana en Educación Secundaria y Bachillerato: Pintar textos en Altamira.

Podemos acceder a más actividades sobre tipología textual y sobre cine en clase en el blog.

Este post es una colaboración para #AltamiraEDU y se publica simultaneamente en el blog de Altamira La películaMuchas gracias Mercedes por invitarme a colaborar.