Foto de Brújula Educativa

El pasado 27 de octubre, asistí al  II Encuentro de Buenas Prácticas TIC en Educación en el CITA de Peñaranda de Bracamonte (Salamanca). El programa fue realmente atractivo, el centro donde se celebró un lujo de instalaciones, aunque creo que se quedó pequeño para tanta gente. Los organizadores cuidaron todos los detalles consiguiendo que todo el mundo estuviese lo más cómodo posible, algo que lograron, con lo que sólo puedo felicitarles porque creo que fue un éxito.

“La respuesta está en lo más pequeño”, con estas palabras abrió Lourdes Domenech la conferencia marco. La profesora de Lengua y Literatura castellana reconocida en el ámbito educativo como una figura puntera en la aplicación de las TICs en el aula, nos sorprendió a los asistentes cuando destacó la necesidad de dar un nuevo sentido a la Educación y tomó como punto de referencia el trabajo de un profesor con una clase de cien niños que usan pizarrines mientras las niñas apenas acuden porque se lo impide la labor de ir al pozo y cuidar de sus hermanos más pequeños. La experiencia educativa de ese maestro de Namare en Togo (África), lugar en el que Domenech estuvo de observadora, además de en otras escuelas durante un mes , abrió las puertas a una ruta por otros paisajes educativos que no nos son tan ajenos como en un principio pudiera parecer. “Con la que está cayendo, ni educar ni vivir admiten bromas” aseguró tras referirse a la cita de Montaigne “Educar es enseñar a vivir”. De hecho, Lourdes Domenech destacó que la educación tiene un sentido práctico y que debe enseñar a vivir tanto en soledad (conocerse, aceptarse y estimarse a uno mismo) como en sociedad (en familia, amigos, pareja y trabajo). Sin embargo, este eje soledad-sociedad puede quebrarse con situaciones de fracaso, desigualdad y marginación que chocan con la integración y la igualdad de oportunidades. En ese caso, según Lu, “educar es enseñar a sobrevivir”. Por esta razón y desde un contexto de crisis, Domenech dirigió la vista al modo de trabajar del maestro de Togo que en su escuela ofrece educación científica para la vida práctica y la supervivencia como potabilizar el agua, conservar los alimentos o socorrer a una persona que sufre la rotura de un hueso. La escuela salva la vida en un sentido literal porque, según afirmó “convivir con la muerte hace reaccionar”. La escuela, desde este enfoque, es un lugar de aprendizaje y de acogida instalada en el presente porque allí, en Togo, los proyectos de futuro son una entelequia. 

Tras esta referencia al futuro y al presente, Lourdes Domenech fijó su atención en el tiempo. Al parecer, la idea de avanzar y de mirar siempre al frente ha podido tener como resultado el dar la espalda a los logros educativos del pasado. Reivindicó un nuevo punto de vista no como una idea nostálgica sino como “una educación instalada en el presente y alumbrada de lo mejor del pasado recogiendo para avanzar”. La reflexión sobre los momentos históricos que han abierto luz y los periodos oscuros en los que se ha educado sin sentido le llevaron a la necesidad de hacerse la pregunta: ¿esto lleva a alguna parte? 

 Así mismo, en el contexto de recoger para avanzar, Lu hizo una especial mención al legado cultural e instó a no perderlo. La innovación en educación es un riesgo y un desafío y Domenech llamó a “no innovar por las mismas vías” y añadió que “nadie está vacío”. Por ello, analizó el concepto de futuro desde dos perspectivas: la de los receptores directos de su intervención y la de las gentes de Namare (Togo). Desde el primer punto de vista el futuro es un ejercicio de suposiciones e imaginación, “pero en Namare el futuro somos nosotros, somos su espejo. Quieren parecerse a occidente. El eco de mi error va más allá y no tiene posibilidad de rectificación”. Desde este punto de vista, Domenech hizo referencia al concepto de legado tóxico de Fernando Trujillo y añadió que en su estancia con familias africanas se encontró con la paradoja de que personas sin comida ni saneamientos cuenten con móvil y televisión y que consideren Internet como una ventana a los sueños donde ven lo que les gustaría ser.

Como conclusión, Lu aseguró que una idea nueva sólo debe tomarse porque sea mejor, no porque sea distinta, ya que «lo nuevo llama la atención, deslumbra, es despampanante, pero quizá se pueda prescindir de ello». De lo que, según su opinión, no se puede prescindir es de no parar, de tomar un billete a donde sea porque “viajar es moverse y moverse es la semilla de la transformación”. 

Con esas palabras dió paso a que se abriese el telón para que saliesen al escenario y se presentasen las diversas experiencias didácticas: Proyecto colaborativo Poesía eres tú, Proyecto del Quijote Sincopado.  Proyecto LOVA. Proyecto @Physicsonthego, la red social Cero en conducta. Y por la tarde, una bateria de experiencas didácticas agrupadas en cuatro bloques con los que cada asistente elaboró su propio itinerario.

Una jornada intensa en los contenidos, en las emociones y en lo gastronómico. Pero,  ¿y ahora qué?, ¿qué me llevo de todo esto al aula? Sin desperdiciar ni una sola de las palabras escuchadas, hay cosas que me han llegado dentro y que creo que son importantes para mejorar como docentes:

  1. Educar es enseñar a vivir y a sobrevivir en este mundo en crisis. Escuchar y saber interpretar tantas reacciones de muchos de nuestros alumnos. Ayudar a que se conozcan, se acepten, se quieran, aprendan a convivir con iguales y entre diferentes.
  2. Nadie está vacío. Harta de escuchar discursos negativos sobre alumnos, juicios en vez de evaluaciones. Harta de discursos centrados  ‘la que se nos viene encima’, ‘con la que está cayendo’. En lugar de quejarte, dime qué podemos hacer.
  3. La respuesta está en lo más pequeño. SIEMPRE.
  4. Lo nuevo llama la atención, deslumbra, es despampanante, pero quizá se pueda prescindir de ello. Algunos tienen miedo a las TICs, otros llevan el libro a la pizarra digital, otros deslumbran a base de actividades como si nunca hubiese existido la tiza. Todo es necesario y nada es imprescincible. ¿A dónde voy con lo que estoy haciendo? Son los alumnos los que importan y está permitido equivocarse.
  5. Moverse es la semilla de la transformación.Y parase es necesario para retomar el rumbo.

Que las TICs, los eventos, la nube, la red … no nos deslumbre, porque como ya se ha dicho, la respuesta, el camino, el viaje está en lo pequeño y dentro del aula.